lunes, 13 de diciembre de 2021

"...UN FIN DE SEMANA MUY ESPECIAL... LLENO DE AMOR, TERNURA Y EMOCIÓN "

 


... Apenas han pasado unas horas, donde los hermanos, en particular y el Jaén cofrade, en general, pudimos encontrarnos con el rostro de María Santísima del Amor. Aún resuenan en nuestros adentros ecos de emociones y sentimientos de agradecimiento, felicidad y orgullo, sobre todo eso, orgullo; por ver hecho realidad el ansiado proyecto de la hechura de la Imagen Mariana de nuestra Hermandad. ¡Por fín...! ¡ya está aquí!
Hasta ese momento, todo eran sueños, especulaciones, ilusiones, incertidumbre...sentimientos todos acordes con la imaginación y el deseo de desvelar el secreto mejor guardado por el ingenio y el talento de un Imaginero. 
En un gesto de sinceridad, yo mismo, como Hermano Cofrade, Cronista y Pregonero del V Pregón de Exaltación Misionera, estaba en cierto modo ansioso y "desesperado" por conocer el rostro de María Santísima del Amor; hasta tal punto que, durante mi Pregón, próximo al Epílogo, quise dedicar una humilde exaltación haciendo referencia a la mencionada incógnita. A modo de sueño, relaté como la imaginaba en mis adentros y cuales serían mis expresiones al enfrentarme cara a cara con Ella. Con el permiso de Vds, quisiera reproducir aquel instante, del pasado día 7 de Marzo de 2021, en la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Merced porque realmente creo que existe algo de magia entre la inspiración de aquellas palabras y la sensación primera que tuve al verla...y que decía así:

PREGÓN ÍNTIMO A MARÍA SANTÍSIMA DEL AMOR

¡Ya todo está dicho!, porque a partir de este momento en que todos salgamos por las puertas de este Templo, esperaremos para sentir todas esas emociones que cada uno de nosotros deseamos, porque así lo quiere Cristo y también su Madre.

¡Su Madre…, nuestra Madre… mi Madre! Ahora sí, en estos instantes empieza mi Pregón y el tuyo. ¡Ahora que no nos escucha nadie! ¡Tú y yo, Madre! Porque el mejor Pregón es el que yo te ofrezco con una mirada llena de esperanza ilusionada, en forma de oración. El mejor Pregón es el que se da cuando se tiene el alma llena de amor y el recuerdo inundado de momentos que no se pueden describir con poemas ni con versos, y soñar con su rostro, “pa” cuando llegue el momento.

(…)Soñar con tu cara, como captura eterna y perderme en tu mirada, a buen seguro serena. En tus perfiles de nácar y en tu boquita entreabierta. En el negro de tus cejas y en el semblante que hace… ¡que hace que seas toda perfecta!

Qué bien resonó tu nombre, en los labios del Señor, cuando resumió las leyes, las que Moisés proclamó, en un solo mandamiento, que vivamos en Amor.

¡Otra Madre, por Dios…, otra Eva!, otra mujer que sacará de su costilla. Que nos vuelva “locos” de Amor y de su Hijo se sienta cerquita.

Que lo acompañe en su Pasión y logre sacarle una sonrisa. ¡Dios también se recrea con el modelo en el que sueña! y al séptimo descansar, habiendo creado a otra guapa nazarena.

         Pura y Limpia, desde luego, con un poquito de pena, “pá” que el hombre que sufre se sienta cerquita de Ella. Otro tanto de sonrisa e inocencia. Y mucha Luz, mucha Luz que irradien sus manos y su cara, que ilumine los senderos y caminos de todo aquel que pecara.

Por Amor me iré contigo, -ya sabes que soy mariano-, cuando empieces a caminar, con mi gente de la mano, la que hoy es mi Hermandad. Por amor iremos contigo, no tardes, ni te hagas de rogar.

Por Amor llenaré mi vida de esa manera especial, que tenemos en mi casa de quererte y de rezar. En Septiembre eres Pastora, mediadora universal. En primavera es la Estrella, mi devoción más especial y el resto del año, Amor, me iré contigo, hasta me hagas un sitio y nos conozcamos de verdad.

Por amor la aureola y la blancura de la saya y el incienso que perfuma con su nube de plegaria y anuncie que ya está cerca la sobriedad de tu andar.

Por Amor y por ti, resucita Cristo; pues tan solo por amor, envió Dios a su Hijo, a este mundo de rencor. Serás la joya más pura que guarde Jaén entera, primor de las dolorosas que sin llorar no escondes tu pena, sabedora del destino de tu Hijo en esta tierra.

Por Amor, tranquilo quedará el certero maestro, cuando suelte sus gubias y sienta estremecer su cuerpo, por convertir la madera en un pedazo de cielo. Jamás tendremos sus hijos, maestro con qué pagar, el regalo que prometiste a esta mi Ciudad. Que tu nombre quede siempre unido al de esta Hermandad y te recuerde la historia, Antonio José Martínez Rodríguez, un “artistazo” imaginero, sin igual.

Por Amor ya lo siento, con rezar la Salve sueño, pero sin contemplar tu mirada, aunque sea por un momento, no me concentro, estoy envuelto en una atmósfera que me hipnotiza el pensamiento. Si en tus ojos no me miro. Sin Tú Amor, no soy yo mismo. Para qué quiero más grandeza ni riqueza en mi camino, sin tu mirada, Amor, se alza negro mi destino.

Sueño con esa Salve y no sé el modo. No sé cómo rendirme y poner a tus plantas tanta vida como corre por mi sangre agradecida. Sentir Tú barrio, mi barrio, soñando cada esquina con el inmenso gozo de tu venida.

¡Quiero rezarte una Salve! Y deseo encontrarte, en el origen de mi gozo, en la madre a la que dirijo mis piropos, te encuentro en el aire que lleva tu nombre: ¡Amor! en las calles, en cada placita, en la cuna de mi ser, barrio de la Alcantarilla.

¡Quiero rezarte una Salve! y no se me ocurre; tan solo susurros de plegarias, para que se conviertan en esperanza todos mis deseos.

Cuando te paseemos por el barrio, mi gente rogará que los bendigas con ese Amor de Madre, con el que siempre te prodigas, cada vez que en procesión, te celebre tu Cofradía.

¡Darás a mi barrio ilusión al revirar en cada esquina!

¡Te acordarás, Amor! de aquella madre desgajada, de ese joven que no quiere más heroína, de aquel anciano y aquel enfermo, que también sueñan con el día. Aquel al que el paro no perdona, aquel al que todos marginan y aquel al que la cuña del hambre le puso una corona de espinas. Aquella esposa maltratada que te sueña a escondidas tan dolida, aquella joven que en silencio te contará su más íntima herida. Que todos los que se acerquen a ti, encontrarán a sus miserias, la salida.

Por eso, Madre y Señora, ¿Qué sería de tú barrio? ¿Qué haríamos sin tu consuelo? ¡Qué sería de Jaén, sin tu carita bendita!

No tardes, Señora…, no tardes, María, que tú hermandad te espera y añora los días. Recrearnos en tu imagen, gozar de tu mirada y disfrutar de tu hermosura, es lo que más ansía.

         ¡Y pensará Dios!, después de haber creado una Cofradía, de gente joven, honesta y sencilla. ¡Qué mejor casa para mi Madre, que el Barrio de la Alcantarilla!  ¡”Pa” que la mezan y la bailen por la calle, que vea su Luz primera, que alegre su cara incierta, en esquinas y plazas, en cada primavera!

          ¡Y vio Dios que esto era bueno!

¡Sonó en las alturas su voz a sincera!

Y vio Dios que era tan bueno, lo que enviaba a la tierra; el remate de su Creación, su obra de mujer nueva... ¡Que hasta puso inicio al descanso, cumplida su mejor promesa!

Cuando tronando su voz, como UN… ¡HÉ DICHO, AHÍ SE QUEDA!..., se oyó por el Universo (...)

¡Que baje hasta la calle Los Peñas, esa Guapa Nazarena!

¡Que sea todo un clamor!

¡Mi prodigio de Mujer y de Madre buena!

¡Hágase con todo su primor!

¡Recibidla con fe y con devoción!

¡Hágase la que es Mi MADRE!

¡¡ HÁGASE…, MARÍA SANTÍSIMA DEL AMOR!!

    

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